Concepto y contenido de una marca

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En IT&P partimos de un análisis comprensivo del concepto de la acción, como un punto de partida para generar un valor que se suma al producto y al vínculo que se establece y se refuerza entre las marcas y sus públicos.

 
 

Hoy en día, la convergencia y la aceleración de los intercambios llama a una individualización de las marcas. Las nuevas estrategias de marketing se centran en la construcción de una identidad asociada a determinados valores, que diferencie y destaque los productos o servicios. Qué percepción tienen los usuarios y consumidores sobre los productos es una variable determinante para construir vínculos significativos, motivantes y proactivos entre las marcas y sus públicos.

Cuando se diseñan campañas y contenidos es imprescindible entender que el vínculo con los consumidores es una situación de comunicación, donde emisor y receptor se relacionan gracias a un mensaje. Que este mensaje deje una huella y marque al receptor es el objetivo principal de toda acción persuasiva: se busca capturar la atención y motivar a su audiencia.

Para que este mensaje sea efectivo, es central prestar atención a la idea que denota una marca o producto: qué identidad y valor transmite, cómo se define su personalidad, y qué impacto puede generar esto en el receptor. Para esto, es necesario tener en cuenta las diferentes interacciones de sentido que los usuarios tienen con los productos, en relación con sus características físicas, su funcionalidad y uso, pero también en función de cómo los consumidores se perciben a sí mismos cuando consumen el producto.

Al centrarse en el concepto de marca o de producto, cada campaña es un reflejo de la identidad corporativa. Transmite un mensaje sobre quiénes somos y quiénes queremos ser, y, principalmente, establece un vínculo determinado con su público.

Sólo si se pone el foco en el concepto del producto este vínculo puede ser significativo. Puede, así, trascender el contacto puntual, esporádico y efímero. Generar fidelidad, compromiso y lazos duraderos con los clientes sólo es posible si se genera contenido que dé un valor intangible y simbólico a cada producto o servicio.

Una vez definido el concepto, es posible seleccionar qué medios resultarán más eficientes para transmitirlo, sin perder de vista la unidad y consistencia del mensaje y la identidad.